martes, 9 de diciembre de 2008

Tutorial: Cómo se hizo la imagen "Naves sobre el Desierto"


Tutorial: Cómo se hizo la imagen "Naves sobre el Desierto"
Las ilustraciones y este tutorial se hicieron para http://forjadores.net/ y se encuentran en el siguiente enlace:

http://www.forjadores.net/index.php?option=com_content&task=view&id=1579&Itemid=77

A principios de mayo del 2006, le envié a Susana Sussman una imagen basada en la foto que encabeza este artículo. La fotografía había sido tomada por mí en las vacaciones de Semana Santa en Paraguaná, Estado Falcón, Venezuela.
Como puede observarse, estas cinco naves de un color verde musgo muy obscuro, volaban sobre la Península de Paraguaná procedentes de mar abierto. Me encontraba en ese entonces pasando unos días en casa de una familia amiga mía.
Estaba tomando unas fotografías al paisaje xerófito, que tanto me encanta, hasta que de pronto aparecieron esas extrañas naves volando hacia el noroeste.
Lo que sentí en ese momento fue una sensación de absurdo, de no estar viviendo esa situación, de estar en un sueño. Sólo después de un breve instante es que me percaté que era real.
Aunque no es la primera vez que veo un OVNI, esta vez me sorprendió ver tantas naves extraterrestres y tan grandes. Sentí, después de la sensación inicial del absurdo, que mi pulso se aceleraba. Mis piernas se vieron inyectadas con un fuerte flujo de sangre (una vieja herencia de los dinosaurios, correr en los momentos en que uno se siente amenazado ante un peligro), además de un fuerte deseo de buscar un refugio para esconderme.
Logré controlar mis impulsos primitivos para alcanzar a tomar una sola foto, porque en mi desesperación de querer tomar otras fotografías, tiré de la palanca bobinadora de mi vieja Pentax k1000 (un modelo de principios de los años 70 del siglo XX), con tanta fuerza, que reventé la película.
Las naves pasaron con la rapidez de una exhalación, volando en formación hacia el noroeste y adentrándose en el territorio, hasta que ya no pude verlas. Era alrededor de las tres de la tarde. Había salido a tomar fotografías al paisaje paraguanero, caminando dos kilómetros desde la casa de mis amigos hasta el lugar donde tomé esa imagen, de modo que me encontraba solo. Pasada la excitación inicial y un poco más calmado, regresé caminando a la casa de la familia que me hospedaba.
Pasé dos días más, antes de regresar a Valencia, investigando por mi cuenta si alguien había visto algo. La investigación resultó ser tiempo perdido.
De regreso en Valencia, llevé la cámara a Alcídes Ortega, un experto fotógrafo amigo mío, para ver cómo podíamos salvar el rollo en su laboratorio de revelado. No hubo problemas con la extracción de la película rota. En el cuarto oscuro fue posible rescatar la película sin daños mayores.
Estuve pensando en lo sucedido varios días. Había algo que me perturbaba y era esa extraña sensación de que esas naves extraterrestres parecían enormes destructores de una fuerza espacial. Me recordaba a los barcos de la marina de guerra de las viejas películas vistas en el cine y la televisión. Sus torretas cañoneras, sus cuatro chimeneas por donde no salía ningún humo y ese delgado mástil en su parte posterior, me decían que había cierta afinidad con el diseño de nuestros barcos de guerra. Las naves parecían estar hechas, sin embargo, de un material que oscilaba entre cuarzo y algún otro material rocoso, con esa extraña coloración verde.
Me dediqué a buscar en Internet fotografías e imágenes de barcos de guerra que tuvieran un diseño parecido a las naves que había visto. Presento a continuación algunas imágenes que me desconcertaron.
Figura 1. «El Córdoba», destructor de la armada argentina, con tres calderas (tres chimeneas) y cuatro cañones emplazados en la cubierta, además de dos mástiles.

Figura 1. «El Córdoba», antiguo destructor de la armada argentina.


Figura 2. Un viejo destructor estadounidense con una extraña leyenda: «Destroyer Laying Down Smoke Screen» (Destructor Dejando una Estela de Humo). Podemos observar que tiene cuatro calderas, tres torretas cañoneras y un sólo mástil. Nos estamos acercando al diseño de las naves que había visto en Paraguaná.

Figura 2. Un viejo destructor estadounidense con la leyenda «Destroyer Laying Down Smoke Screen».


Figura 3. Destructor Alemán de la Segunda Guerra Mundial, también de cuatro calderas y un mástil. Otro diseño parecido.

Figura 3. Destructor alemán de la Segunda Guerra Mundial.

Figura 4. El viejo destructor inglés de la Segunda Guerra Mundial, el HMS Fearless. Con cuatro potentes calderas y un inmenso mástil. Esta imagen me decía que no había dudas al respecto. Las naves que había visto en el cielo de Paraguaná eran naves de guerra. El imponente tamaño de esta nave me hizo pensar en la teoría expuesta por Arthur C. Clark en su libro «2001, Una Odisea del Espacio» (Recordando que Clark primero escribió el guión cinematográfico junto con Stanley Cubrick para la famosa película homónima) según la cual naves extraterrestres realizaron implantes mentales en los primeros homínidos que existieron hace millones de años. Aquellos primeros seres de principios de la evolución desarrollaron el arte de la guerra, a través de toda la historia humana, con «moldes mentales» previamente fijados por estos seres extraterrestres. Nuestros destructores, las naves de guerra de las armadas del mundo, se parecían con bastante aproximación a las extrañas naves que había visto aquella Semana Santa del año 2006.

Figura 4. El HMS Fearless, buque inglés de la Segunda Guerra Mundial.

Claro que había cosas que no estaban claras. Nuestras naves de guerra tenían grandes chimeneas porque quemaban carbón para poder navegar. Pero las naves que había visto tenían cilindros de los cuales no salía ningún humo. ¿Acaso algún tipo de «motor» para navegar por el espacio profundo? ¿Qué tipo de energía impulsa a esas naves? (Ver Figura N° 5).

Figura 5. Detalle de la foto tomada en Paraguaná.

Por otra parte, los mástiles de nuestras naves sólo sirven como torres de comunicaciones, ya que estos no poseían velas como en el pasado. Eso nos hace pensar que esas naves también utilizan algún tipo de comunicación parecida a la desarrollada por los humanos. Podemos concluir entonces que esos mástiles son para la comunicación entre ellas.
Otro detalle es que nuestros barcos tienen una forma estilizada para cortar el agua en su desplazamiento. Pero una nave espacial puede tener la apariencia de una vieja máquina de coser «Singer», sin que tenga la necesidad de cortar el vacío del espacio profundo. Como si fuera poco, estaban aquellas extrañas torretas con cilindros como cañones. Esto seres pueden ser una raza alienígena de paso por nuestro planeta, en misión de exploración. Puede ser también que es la misma civilización que nos visitó hace millones de años. Parece que comenzó la invasión y ya están entre nosotros.
Lo cierto fue que después de aquella investigación dejé reposar el asunto. Primero porque uno vuelve a sus obligaciones, al trabajo diario y a la cotidianidad. Y en segundo lugar porque resultaba perturbador pensar qué estarían haciendo estos guerreros extraterrestres en aquel momento. Por mi salud mental y la de mi familia, decidí apartar el tema.
Una tarde de domingo, después del almuerzo, buscando entre unos papeles, encontré la foto que había tomado. Mirándola decidí llevarla a las técnicas infográficas 3D (Tercera Dimensión) por medio de un programa que estaba empezando a utilizar en aquel entonces. El programa en cuestión es LightWave 3D, y se ha empleado en infinidad de películas y series de televisión como Sim City, Inteligencia Artificial, Final Fantasy, Los Expedientes Secretos X, Titanic, y un largo etcétera.
Puse la foto a mi lado y sentado frente al computador empecé el modelado de una de las naves. Luego de mirar un rato la fotografía caí en cuenta que no había cambios, ni siquiera leves, de una nave a otra. Todas parecían pertenecer al mismo modelo, por lo que mi trabajo se reducía a representar en 3D una de dichas naves. Regla en mano medí proporciones y anoté tamaños para empezar el dibujo en LightWave 3D. Esa noche del domingo dejé el trabajo inconcluso. No fue sino hasta el miércoles de la semana siguiente que lo pude terminar.
En la Figura N° 6 tenemos una captura de pantalla con la nave sólo definida con líneas, sin ninguna textura aplicada. No pude ver si las naves tenían torretas cañoneras del lado de estribor, pero supongo que sí. De modo que puse una torreta del lado de estribor.

Figura 6. Nave extraterrestre sin textura aplicada.

La nave tiene cuatro cañoneras: Una en la parte superior de la proa, en lo que podríamos llamar la cubierta, como en el destructor argentino. Otra torreta está localizada en la parte inferior de la popa. Esto se entiende, puesto que al desplazarse por el espacio, la nave necesita un punto de defensa en su parte baja. Dos torretas situadas a babor y a estribor para defender los flancos de la nave.
Por último agregué el quinto cilindro, de radio menor al de los otros cuatro cilindros, y el mástil de comunicaciones de popa.
Lista la parte de modelado, pasé al texturizado, Figuras 7 y 8. Para las torretas y el cilindro de popa utilicé un metal de color más obscuro que el resto de la nave. Luego busqué darle un color verde obscuro a toda la nave para que se viera como metal herrumbroso. La idea era que las naves se vieran desgastadas por los viajes interestelares y los tantos lugares que habían visitado. Pero esto debía ser sólo en apariencia, puesto que quería que el material de que estaban hechas se viera como si fuese auto curable, que se regenerara como nuestra piel.

Figura 7. Nave extraterrestre con textura aplicada.

Figura 8. Nave extraterrestre vista desde diferentes ángulos.

Hice un montaje rápido de una de estas naves navegando por un escenario virtual de una galaxia, con tres potentes soles iluminando la escena. Ver Figura 9.

Figura 9. Nave extraterrestre surcando la galaxia.

Como deseaba recrear el ambiente paraguanero, es decir tierra semidesértica con plantas xerófitas (cactos), busqué fotografías de estas plantas. Encontré lo que se muestra en la Figura 10.

Figura 10. Dos tipos de cactos.

Estas plantas fueron integradas al paisaje de la imagen que quería componer. Luego de probar con diferentes arreglos y posiciones de estas plantas, decidí eliminar el cacto de la derecha, puesto que el de la izquierda daba una sensación de elevación mucho mayor. El resultado es mostrado en la Figura 11. Esta fue la imagen que le entregué a Susana Sussman para que fuera utilizada en el Taller de Los Forjadores. Agregué cuatros cactos gigantes que se alzan hacia el cielo, en actitud de combate frente a las naves que invaden un planeta desierto, en el cual sobreviven sólo estas plantas. Coloqué además cinco naves extraterrestres. Al ser todas iguales se deduce que vienen en grupo y que representan algo así como una flota interestelar. Se adivina, por sus cañones, que son naves de combate y que sus intenciones son de conquista.

Figura 11. Naves cruzando el desierto.
Luego, agregué de fondo un cielo con dominantes de amarillos y naranjas para hacer énfasis en lo cálido del planeta. El cielo puede representar un amanecer o un atardecer. Eso no está definido. Agregué también un sol con un potente brillo que produce reflexiones muy atractivas en el lente de la cámara . Al terminar de hacer el render de la Figura 11, pasé a hacer un ajuste de color con los programas de retoque digital mencionados al final.
En la Figura 12 se muestra una captura a pantalla completa que muestra el escenario con los diferentes elementos dispuestos en los lugares correspondientes para crear la escena mencionada anteriormente.

Figura 12. Captura de pantalla para mostrar el escenario.

Programas utilizados:
CorelDRAW 12
Corel Photo Paint 12 y Adobe Photoshop CS3
LightWave 3D 9
Eso es todo.
Más nada.

Ramón Siverio